Mancias: Introducción

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Book: Eros y civilización
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Las Mancias

  
La adivinación es una de las muchas ramificaciones de las ciencias ocultas. En la antigüedad, el ansia del hombre por conocer lo incognocible tuvo por objetivo principal el deseo de ejercer el poder, tanto religioso como político.
Esta práctica en la que intervienen efectos sobrenaturales y maravillosos y que han sido transmitidos de generación en generación de una forma hermética, se ha de considerar la gran influencia que tiene este arte de adivinar en el género humano.
En la edad media, muchas prácticas adivinatorias fueron condenadas por la inquisición debido a que se utilizaban métodos un tanto brutales como los sacrificios humanos.
Los sistemas de adivinación han sido muchos, e ideados por el hombre en el transcurso de los tiempos. Sorprendentes y siempre misteriosos, los métodos utilizados por los adivinos para revelar el futuro.

Las mancias tienen la clave del futuro, de la vida y la muerte. Muchos son los que por medio de los presagios mánticos construyeron su destino y muchos son los que por medio de la ciencia y de la investigación realizaron su futuro.

Hombres y mujeres se han sentido fascinados desde siempre por la predicción del futuro, y por lo que les pueda deparar éste.
Desde el principio de los tiempo se han hecho diferentes intentos para revelar los acontecimientos futuros por distintos medios: Estudiando las formas que describen los pájaros con su vuelo, esparciendo palitos de milenrama o echando los dados.
Podría parecernos sorprendente, coloreado nuestro pensamiento actual por los adelantos científicos del último siglo, la cantidad de veces que estos intentos han tenido éxito.
El futuro se puede predecir, como ya se ha hecho.
Existe la afinidad entre la mántica y la magia que se hace preciso aclarar un poco cual es el cometido de cada una, pese a que ambas puedan ser consideradas como dos aspectos o aplicaciones de una misma doctrina o creencia.
Con la primera, el hombre cree añadir su propia inteligencia una facultad divina, mientras que con la segunda pone al servicio de su propia voluntad a las fuerzas sobrenaturales. Pero esta separación es sutil, ya que desde su origen, mántica y magia marcharon estrechamente juntas, y en su aplicación se hace muy difícil su separación, ya que un gran número de métodos adivinatorios consisten en la interpretación de efectos maravillosos producidos en principio por fórmulas mágicas.